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Sean sus costumbres sin amor al dinero, contentos con lo que tienen ahora porque él mismo ha dicho: Nunca te abandonaré ni jamás te desampararé[a]. De manera que podemos decir confiadamente:

El Señor es mi socorro,

y no temeré.

¿Qué me podrá hacer el hombre?[b].

Acuérdense de sus dirigentes que les hablaron la palabra de Dios. Considerando el éxito de su manera de vivir, imiten su fe.

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Footnotes

  1. Hebreos 13:5 Deut. 31:6; cf. Jos. 1:5.
  2. Hebreos 13:6 Sal. 118:6 (LXX).